Coraje social

Esta semana coincidiendo con la aprobación de la ley del aborto en España hemos conocido una valiente declaración efectuada por la Universidad de Navarra.

La ley del aborto no solo incorpora en esta nueva redacción una ampliación de la cobertura legal al asesinato de seres inocentes y la desprotección a los profesionales sanitarios que quieran ejercer su derecho a la objeción de conciencia a la realización de abortos sino que además, en una nueva vuelta de tuerca de ingeniería social, pretende introducir la “educación sanitaria integral y con perspectiva de género sobre salud sexual y salud reproductiva” en todos los niveles educativos, con la cínica pretensión de reducir el número de embarazos no deseados. Una nueva reformulación de la vieja receta de la izquierda de intentar apagar incendios echándoles gasolina. Abundando en esta perspectiva educativa “la formación de los profesionales de la salud se abordará con perspectiva de género e incluirá la incorporación de la salud sexual y reproductiva en los programas curriculares de las carreras relacionadas con las ciencias de la salud”, es decir, en la práctica la ley pretende la enseñanza obligatoria de la práctica del aborto para los profesionales sanitarios.

Ante esta imposición la Universidad de Navarra, obra corporativa del Opus Dei, ha reaccionado con la mencionada declaración en la que se puede leer:

Comprendemos el sufrimiento de muchas mujeres ante un embarazo imprevisto. Necesitan un apoyo que sólo personas con corazón pueden prestar… y hay muchas personas así. La defensa de esas mujeres clama a nuestra conciencia y una mirada compasiva nos recuerda que otro ser humano comparte esa tragedia en una posición de mayor debilidad todavía. El avance científico nos brinda hoy datos clave desconocidos en buena parte del siglo XX. Qué coraje social mostramos con esa evidencia desde los ámbitos universitarios, políticos, económicos…

Nos negamos a solucionar la tragedia de un embarazo indeseado con la tragedia superior del aborto. Nos negamos a incorporar las técnicas abortivas a los contenidos de la educación. Nos comprometemos a formar profesionales para curar, investigar y ayudar.

Ciertamente no se comprendería que una Universidad de ideario católico enseñase prácticas contrarias a la Doctrina y al Magisterio de la Iglesia y mucho menos en una materia tan grave como la defensa de la vida humana en su inviolable dignidad. No merece más que aplauso esta decidida postura de las que son probablemente las mejores facultades y escuelas sanitarias de España, junto con la Clínica Universitaria, centro de referencia mundial en su especialidad.

Pero junto a los aplausos a esta iniciativa de mi alma mater no dejan de resonar en mis oídos las preguntas retóricas que se hace Padre Objetor en su blog:

  • ¿Por qué otros centros docentes -los que ofertan enseñanzas medias concertadas- no han tenido el coraje de oponerse públicamente a la implantación en sus centros de la Educación para la Ciudadanía?
  • ¿Van a realizar los centros concertados (algunos de los cuales se dicen muy próximos a la Universidad de Navarra) alguna manifestación relativa a la implantación de las asignaturas de Educación Sexual impartidas por personal ajeno al centro?
  • ¿Es que la Universidad de Navarra no depende del dinero público tanto o más que los colegios concertados para realizar su tarea?
  • ¿O es que la Universidad de Navarra despierta más simpatías y sufre menos críticas sociales que los colegios concertados? ¿Cuántas bombas han sufrido éstos?

Sin duda habrá que estar atento al desarrollo de esta declaración y a las consecuencias que la misma le puede conllevar a la Universidad, embarcada en el proyecto Horizonte 2015. Del resultado de la misma puede derivarse un rearme de principios imprescindible para los centros educativos de ideario católico que tendrán que lidiar con las nuevas materias en educación primaria y secundaria. Coraje social necesario para defender al más débil del sistema educativo ante las agresiones a la libertad de educación: el alumno. Sin duda, en esta materia no menos delicada también se puede decir:

La historia juzgará nuestra pasividad cómplice o nuestro compromiso solidario con el débil. No hay mejora sin cambio. Hoy es el día de cambiar en España, en Europa y en el mundo.

Las leyes injustas en la Declaración de Manhattan

En Europa la noticia ha pasado casi desapercibida: aquella referente a una declaración pública a defender la vida, el matrimonio, la libertad religiosa, y la objeción de conciencia, lanzado conjuntamente por representantes de la Iglesia Católica, de las iglesias ortodoxas, de la Comunión Anglicana y de las comunidades evangélicas de los Estados Unidos.

La "Declaración de Manhattan" no cae en el aire sino en un momento crítico para la sociedad y la política de los Estados Unidos: precisamente mientras la administración de Barack Obama está muy afanada en hacer pasar un plan de reforma de la atención de salud en los Estados Unidos.

Defendiendo la vida humana desde la concepción y el derecho a la objeción de conciencia, la declaración contesta dos puntos puestos en peligro por el proyecto de reforma actualmente en discusión en el Senado.

En el Congreso el peligro ha sido destapado gracias a una apremiante acción de lobby conducida a plena luz del día por el episcopado católico. Después que el voto final había garantizado tanto el derecho a la objeción de conciencia así como el bloqueo de cualquier financiación público al aborto, la conferencia episcopal había reivindicado este resultado como un "triunfo". Pero ahora en el Senado la batalla ha vuelto a comenzar desde el inicio, sobre un texto base que de nuevo la Iglesia juzga inaceptable. La conferencia episcopal ya ha dirigido a los senadores una carta indicando las modificaciones que quisiera que fueran aportadas a todos los puntos en controversia.

Además de ello la Declaración hace una defensa imponente de la libertad de conciencia ante la ley injusta. Reproduzco a continuación ese párrafo que guarda el sabor de las actas de los martirios de los primeros siglos:



Leyes injustas

Como cristianos, creemos en la ley y respetamos la autoridad de los gobernantes terrenos. Consideramos un privilegio especial el vivir en una sociedad democrática donde las exigencias morales de la ley son aún más fuertes en nosotros en virtud de los derechos de todos los ciudadanos a participar en el proceso político. Pero también en un régimen democrático, las leyes pueden ser injustas. Y desde el inicio, nuestra fe nos ha enseñado que la desobediencia civil es necesaria frente a leyes gravemente injustas o leyes que pretenden que hagamos lo que es injusto o inmoral. Tales leyes carecen del poder vinculante en conciencia porque ellas no pueden reivindicar ninguna autoridad más allá de la mera voluntad humana.

Por lo tanto, ha de saberse que no daremos nuestro consentimiento a ningún edicto que nos obligue a nosotros o a las instituciones que dirigimos a participar en o facilitar abortos, investigaciones que destruyen embriones, suicidio asistido, eutanasia, o cualquier otro acto que viole el principio de la profunda, inherente e igual dignidad de todo y cada uno de los miembros de la familia humana.

Además, ha de saberse que no nos inclinaremos ante ninguna regla que nos obligue a bendecir asociaciones sexuales inmorales, a tratarlas como matrimonios o sus equivalentes, o que nos impida proclamar la verdad, como la conocemos, sobre la moralidad, el matrimonio y la familia.

Además, ha de saberse que no nos dejaremos reducir al silencio o a la aceptación sumisa o a la violación de nuestras conciencias por ningún poder en la tierra, sea este cultural o político, sin importar las consecuencias que esto pueda tener para nosotros.

Daremos al César lo que es del César, en todo y con generosidad. Pero bajo ninguna circunstancia le daremos al César lo que es de Dios.


Para leer un resumen del manifiesto y el análisis completo del vaticanista Sandro Magister: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1341135?sp=y

La declaración completa, en inglés, con la posibilidad de firmarla: http://manhattandeclaration.org/

El Gobierno español parece que no sabe cómo abordar el conflicto abierto con los padres objetores a Educación para la Ciudadanía, la polémica asignatura que intenta conculcar el derecho de los padres a educar a sus hijos en sus propias convicciones morales y religiosas.

Mientras el ministro Gabilondo en un ejercicio de lo que parece cinismo político manifiesta públicamente que desea buscar una salida negociada a esta situación, a la vez que ningunea a los padres objetores pretendiendo que sean recibidos por quienes no tienen poder alguno de decisión dentro del Ministerio, en los Tribunales de Justicia se intentan poner nuevos obstáculos. Estos no son otros que las costas o gastos judiciales que los abogados del Estado están imponiendo a los padres objetores en los casos que ya han sido resueltos por el Supremo. Según José Luis Bazán, director de la Asesoría Jurídica de Profesionales por la Ética, es llamativa la cuantía de las costas que, en algunos casos, están siendo de 600 € por procedimiento. «Resulta absolutamente desorbitado el importe», asegura Bazán, porque suelen ser, en este tipo de casos, de 200 €. La imposición de estas elevadas cantidades es contrario a la buena práctica jurídica y deben ser impugnadas porque con ellas pretenden obstaculizar el ejercicio de los derechos de los objetores».

Para Bazán, resulta notorio que el Gobierno está preocupado porque los objetores a EpC no se han detenido y pretende amedrentarle con la cuantía de las costas. Y es que desde septiembre hasta hoy los padres han presentado unos 250 recursos judiciales en Valencia, Toledo y Madrid mientras el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dictado, en mes y medio, 182 sentencias que eximen a 355 alumnos de cursar las polémicas asignaturas.

Con 38 votos a favor y seis en contra, el Congreso de Veracruz aprobó modificar la constitución local, que busca proteger la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. De este modo ya son 17 los congresos estatales que reforman sus legislaciones para establecer la protección a la vida.

El artículo cuarto de la Constitución de Veracruz queda redactado de la siguiente manera:

“El Estado garantizará el derecho a la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, como valor primordial que sustenta el ejercicio de los demás derechos del individuo. La ley determinará los casos de excepción.”
Previamente se aprobó por amplia mayoría una reforma del artículo 150 del Código Penal estatal, con la que se evita que la mujer que aborte sea castigada con cárcel. En esta modificación se establece que el estado se obliga a proporcionar a la mujer atención médica integral. Sin embargo para quien colabore en el aborto se establecen penas de prisión. No obstante se mantienen las excepciones de responsabilidad penal por aborto previstas en la legislación nacional: violación, riesgo para la vida de la madre y malformaciones congénitas.

De esta manera se consigue proteger el primer y fundamental derecho: el derecho a la vida. El aborto no puede ser considerado un derecho sino que mantiene su tipificación como delito, solo despenalizado en unos determinados supuestos en la legislación nacional. Aún en los casos de delito no se criminaliza a la mujer sino que se le ofrece una pena sustitutiva de la de prisión consistente en un tratamiento médico y psicológico que le permita paliar las nefastas consecuencias del aborto. Así ninguna mujer se verá privada de libertad por ese motivo.



Sin haber cerrado todavía el conflicto ni la polémica de Educación para la Ciudadanía el Gobierno español promueve un nuevo intento de conculcar el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones. A través de la ley del aborto pretende impartir de manera obligatoria educación afectivo sexual en los centros educativos. Tanto la ley como el desarrollo que harán posible este proyecto se encuentran actualmente en tramitación, por lo que hay muchos aspectos que todavía no están definidos. El Gobierno sabe que esta medida va a tener una fuerte contestación social dado que se inmiscuye en cuestiones donde no existe un amplio consenso social y que forman parte de concepciones antropológicas y morales contrapuestas en amplios grupos de población. La reciente polémica sobre los talleres de masturbación en Extremadura y la firma de un convenio de colaboración entre la Federación de Gay, Lesbianas y Transexuales con la Confederación de Padres de la Escuela Pública precisamente para colaborar en el ámbito de la educación afectivo-sexual no ayudan a tranquilizar los ánimos de los padres.


I Concurso de blogs católicos Espada de Doble Filo


Bruno Moreno que escribe el blog Espada de doble filo en Infocatólica ha tenido una excelente iniciativa. Ha decidido convocar entre sus lectores un concurso para seleccionar blogs católicos de distintas temáticas y premiar aquellos que sean más votados. El objetivo del concurso más allá de cualquier clase de competición es dar a conocer buenos blogs. La idea ha tenido una excelente acogida y se han propuesto muchos candidatos para las distintas categorías. Bruno ha tenido el detalle de incluirme en una de ellas aunque creo que en un futuro debería exigir un mínimo de tiempo o de entradas publicadas para figurar en este concurso. Este blog no deja de ser un simple esbozo en comparación de algunos “clásicos consagrados”. El concurso creo que ha cumplido con creces su objetivo primario: el listado de blogs para la distintas categorías, al menos en mi caso será una referencia para ir descubriéndolos poco a poco. Probablemente, a medida que lo haga, reharé el listado del blogs que sigo y es muy posible que comente aquellos que me han parecido más interesantes. Podéis ver el listado completo aquí.
 

Cuando comencé este blog no tenía muy claro cuál sería su desarrollo. Comenzó más bien como una prueba que se expuso a la blogosfera por error y que suscitó el interés de algunos suscriptores a pesar de que solo había un título y poco más. Ello me persuadió de la necesidad de poner en marcha esta andadura aun sin haber reflexionado mucho sobre ella, poniendo en práctica el consejo de “aprender haciendo”. La idea inicial era la de presentar cuestiones relativas a la fe católica tanto a los propios católicos que deseasen profundizar en sus creencias como a aquellas personas que no la conociesen o incluso mantuviesen una actitud de abierta hostilidad hacia ella. Sin embargo existían asuntos de distintos tipos que no parecían encajar en un blog de esas características. En el fondo la realidad nos interpela a todos de un modo acuciante y nos urge respuestas que para los cristianos no son más que respuestas cristianas. Cabía la opción de abrir otro blog enfocado hacia la actualidad. Sin embargo, tras meditarlo y leer algunas reflexiones que se han hecho este fin de semana en Roma en el marco de unas jornadas sobre internet en la vida de la Iglesia, he decidido que lo mejor sería agrupar todas las entradas en el mismo lugar y pasar de ser un blog “de temática católica” a un blog “de autor”. Parafraseando a Delibes se podría decir que este es el blog de un católico que escribe. Regina Viarum reflejará los intereses y opiniones de su autor desde su propia perspectiva. El nuevo enfoque se irá concretando en los próximos días.

Aprovecho también para dar la bienvenida a los nuevos seguidores que se han incorporado a través de Google Friend Connect, y de las suscripciones. Espero que este blog cumpla sus expectativas.
 

Una cruz en una encrucijada


Cruz Pedra da SerpeEn lo más profundo de la Galicia profunda, en el corazón de la Costa de la Muerte, en una encrucijada de corredoiras se alza una pequeña cruz de piedra conocida como Cruz da Pedra da Serpe. Se trata de una simple cruz realizada en el granito tan abundante en el país, de fuste octogonal, con unos sencillos remates en los brazos del crucero. No tiene la belleza artística del cruceiro de Hío, ni la complejidad iconográfica de los exuberantes calvarios bretones. Tampoco es antigua pese a la espesa capa de musgos y líquenes endémicos que la recubre. Aunque sí debió serla aquella a la que sustituye, derribada por el golpe fortuito de un tractor en 1975. Podría pasar desapercibida en el extenso catálogo de cruces y cruceiros que se hayan diseminados por toda la región. Castelao que les dedicó sendos estudios ya intuyó que solo Bretaña igualaba a Galicia en el número de estas expresiones de arte popular, que no tienen parangón en ningún otro país cristiano. En el caso de la región francesa parece que se ha establecido su número en 9.000, mientras que las gallegas superan las 12.000 en un esfuerzo de catalogación inconcluso que dura ya trece años. Tan solo un pequeño detalle le confiere una cierta singularidad: En la piedra sobre la que se asienta la cruz se halla grabada en altorrelieve la silueta de una serpiente. El observador atento comprobará que la serpiente tiene dos alas. Durante mucho tiempo se creyó que la serpiente era un símbolo pagano cristianizado mediante la cruz, tal y como existen numerosos monumentos megalíticos o romanos reconvertidos mediante el mismo procedimiento. Sin embargo un reciente estudio ha resaltado que el conjunto es mucho más moderno, probablemente de los siglos XVII o XVIII. La serpiente sería entonces con razonable probabilidad una representación cristiana del Demonio, y la cruz vendría a representar el triunfo de Jesús con su Muerte y Resurrección sobre la Muerte y el Pecado.

Si bien la reciente sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas no tiene relación directa con esta sencillas expresión de arte y religiosidad populares, los argumentos que emplea la misma generan una fundada inquietud. Dado que este monumento se encuentran en un espacio público como es un camino, su mera existencia aun pasiva ¿podría atentar contra la libertad religiosa de los viandantes, quienes no están obligados en el marco de un estado aconfesional a soportar su presencia? De su mantenimiento y preeminencia en este espacio ¿podría alguien inferir que el estado mismo vulnera su neutralidad en esta delicada materia? Por supuesto que el hecho de formar parte de una tradición cultural, de ser una manifestación de religiosidad y por tanto expresión de una característica profunda del individuo que se exterioriza comunitariamente configurando la identidad de un pueblo, no sería óbice tampoco para su desaparición. En ese caso ¿qué destino tendría la serpiente? Si fuese una manifestación religiosa pagana ¿se mantendría, dado que su culto que sepamos ya no existe y por tanto no resultaría lesiva para la libertad religiosa de peatones y conductores?

Frente a la ofensiva laicista que cada vez embiste más fuerte intentando relegar el hecho religioso al ámbito de la privacidad, habría que recordar que sin el adecuado cauce de expresión pública del mismo, no solo se coarta el derecho individual a la libertad religiosa de los individuos sino que además se priva a un pueblo de su cultura y de su tradición, que en muchas ocasiones dan lugar a manifestaciones artísticas que constituyen su patrimonio. Mucho me temo que lo que no consiguió el golpe fortuito de un tractor lo conseguirá en un futuro no muy lejano el golpe dirigido de una sentencia. Desaparecerá la cruz y permanecerá la serpiente, sea esta lo que sea.


La cruz cristiana de Herculano

Cruz de HerculanoEn el año 1938 apareció en una humilde habitación del piso superior de una casa de Herculano la impronta de una cruz de madera que se hallaba clavada a la pared y rodeada por un paño de estuco que la enmarcaba. En los bordes del estucado se observaban las señales dejadas por las puertas batientes que servían para cerrar el conjunto o abrirlo conformando un tríptico del que se desconoce si formaba parte algún otro símbolo.

La cruz es de pequeñas dimensiones, del tipo clásico latino, denominada “capitata” por tener una prolongación superior del brazo vertical que iba estrechándose de abajo hacia arriba. En los brazos laterales los extremos son más anchos.

Entre los indicios que hacen suponer que nos encontramos ante una cruz cristiana está el hecho de que se destaca única y aislada en el paño de estuco y éste se encuentra en el fondo de la habitación, frente a la puerta de entrada, a través de la cual llegaba la luz de una ventana del corredor que miraba hacia Oriente.

La disposición del conjunto es similar a la de los altares paganos de algunas casas de Pompeya, como el de la “casa del Menandro”. Delante del paño estucado se halló ligeramente desplazado un pequeño mueble de madera semejante a los altarcillos frecuentes bajo los lararios familiares de las casas pompeyanas. En la parte superior muestra una predela, y en su cuerpo un armario, que se cerraba con una puerta que quizá guardaba objetos de culto.

De la cruz no han quedado restos. Dado que en Herculano los tejidos y la madera se conservaron siempre aunque mineralizados, se ha sugerido que la cruz fue arrancada antes, y quizá violentamente dados los desconchados visibles en el perímetro, especialmente en la parte superior izquierda. Se ha querido relacionar esta cruz con el desembarco de San Pablo en Pozzuoli en el año 60, y la desaparición violenta de la cruz con la persecución neroniana del año 64. En todo caso si en algún momento llegase a confirmarse que estamos ante una cruz cristiana demostraría que ya había cristianos en Heculano con anterioridad al año 79 de nuestra era, fecha de la erupción del Vesubio y de la desaparición de la ciudad.

Aun cuando no fuese un símbolo cristiano, no cabe duda de que el ambiente sería el mismo en el que vivirían los primeros cristianos que habitaron en las ciudades romanas. La habitación parece corresponder a la que ocuparían los esclavos o siervos de los propietarios de la casa. Hay veces en que las piedras parecen hablar con singular elocuencia. En este lugar los siervos cristianos se esforzarían por servir a sus amos por amor a Cristo, tratando de vivir conforme a sus enseñanzas y cumpliendo la exhortación que San Pablo desde su cautividad dirigió a los colosenses:

Esclavos, obedezcan en todo a sus dueños temporales, pero no con una obediencia fingida, como quien trata de agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, por consideración al Señor. Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor: el que obra injustamente recibirá el pago que corresponde, cualquiera sea su condición. (Epístola a los colosenses 3, 22-25)

Más información aquí


Navegando por las procelosas aguas de internet me encuentro con el texto de una carta que Jean Jaurès dirigió a su hijo cuando le pidió un justificante necesario para no cursar la asignatura de Religión que era obligatoria en el Bachillerato francés.

Jean Jaurès fue desde 1889 hasta 1914 diputado como miembro del Partido Obrero Francés. En 1904 fundó el periódico L’Humanité. En 1905 consiguió unir bajo su liderazgo a los socialistas franceses, formando la Sección Francesa de la Internacional Obrera.

Hay dudas sobre la autenticidad de la carta. El texto tal y como lo conocemos fue aportado por el diputado y canónigo Antonio Pildain —que sería nombrado obispo de Canarias el 23 de mayo de 1936— en las Cortes de la II República, en un interesantísimo debate donde se discutía la prohibición a las congregaciones religiosas de impartir enseñanza conforme se encontraba recogido en la Constitución. El debate puede ser consultado aquí.

Pero independientemente de la autoría o autenticidad de la carta, conviene leerla con atención, pues ella se refiere a cuestiones que no han perdido ninguna actualidad:

Querido hijo: Me pides un justificante que te exima de cursar religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la mayor parte de los condiscípulos y temo que también un poco para parecer digno hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificante, querido hijo, no te lo envío ni te lo enviaré jamás.

No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en esto ningún peligro, ni lo hay tampoco en que profeses las creencias que te expondrá el profesor. Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás completamente libre pero, tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu educación sean completas, y no lo serían sin un estudio serio de la religión.

Te parecerá extraño este lenguaje después de haber oído tan bellas declaraciones sobre esta cuestión; son, hijo mío, declaraciones buenas para arrastrar a algunos pero que están en pugna con el más elemental buen sentido. ¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las cuales todo el mundo discute? ¿Quisieras tú, por tu ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?

Dejemos a un lado la política y las discusiones y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables que debe tener un hombre de cierta posición. Estudias mitología para comprender la historia y la civilización de los griegos y de los romanos y ¿qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y produjo una nueva civilización? En el arte ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las ideas religiosas que ellas contienen? En las letras ¿puedes dejar de conocer no sólo a Bossuet, Fenelón, Lacordaire, De Maistre, Veuillot y tantos otros que se ocuparon exclusivamente de cuestiones religiosas, sino también a Corneille, Racine, Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al cristianismo sus más bellas inspiraciones? Si se trata de derecho, de filosofía o de moral ¿puedes ignorar la expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la moral más sabia y más universal? –éste es el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau-.

Hasta en las ciencias naturales y matemáticas encontrarás la religión: Pascal y Newton eran cristianos fervientes; Ampere era piadoso; Pasteur probaba la existencia de Dios y decía haber recobrado por la ciencia la fe de un bretón; Flammarion se entrega a fantasías teológicas. ¿Querrás tú condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios? Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia humana; es la base de la civilización y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una manifiesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencia preclaras. Ya que hablo de educación: ¿para ser un joven bien educado es preciso conocer y practicar las leyes de la Iglesia? Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta. No fijándome sino en la cortesía en el simple ‘savoir vivre”, hay que convenir en la necesidad de conocer las convicciones y los sentimientos de las personas religiosas. Si no estamos obligados a imitarlas, debemos por lo menos comprenderlas para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la tolerancia que les son debidas. Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera presentable sin nociones religiosas.

Querido hijo: convéncete de lo que digo: muchos tienen interés en que los demás desconozcan la religión, pero todo el mundo desea conocerla. En cuanto a la libertad de conciencia y otras cosas análogas, eso es vana palabrería que rechazan de ordinario los hechos y el sentido común. Muchos anti-católicos conocen por lo menos medianamente la religión; otros han recibido educación religiosa; su conducta prueba que han conservado toda su libertad.

Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen la facultad de serlo, pues, en caso contrario, la ignorancia les obliga a la irreligión. La cosa es muy clara: la libertad exige la facultad de poder obrar en sentido contrario. Te sorprenderá esta carta, pero precisa hijo mío, que un padre diga siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación. Recibe, querido hijo, el abrazo de

TU PADRE

Últimamente me encuentro con demasiada frecuencia opiniones o manifestaciones de ateos que no ocultan su deseo expreso de ofender a quienes no comparten sus ideas y tienen creencias religiosas sean católicas o no. Sería recomendable que leyesen esta carta. El tono de la misma ya es significativo. Quienes ofenden e insultan parecen ignorar que sus argumentos pierden fuerza ante quienes desean participar de un debate de ideas limpio de apelaciones a los sentimientos y más aún de ofensas a ellos. La falta de creencias religiosas no debería estar reñida con el rigor intelectual ni con unas elementales normas de respeto y tolerancia en el marco de una pacífica convivencia.

En cuanto al fondo del asunto resulta cuando menos chocante las enormes carencias que presentan en su conocimiento de la fe católica muchos de quienes se proclaman ateos y hacen una apologética de sus creencias (o de la falta de ellas). Parece evidente que para criticar algo de una manera racional es necesario al menos conocerlo. De un modo especial se observa un mayor desconcierto cuando se leen críticas provenientes de ateos que ni siquiera viven en países de tradición católica como España. Los ateos de países como el Reino Unido a veces toman como propio del Catolicismo ciertos prejuicios vertidos por otras confesiones lo que deriva en creer como ciertas afirmaciones erróneas. A partir de ahí determinadas críticas devienen totalmente falsas por ser su premisa errada.

Otras dos reflexiones son también válidas en la actualidad. Por un lado el reconocimiento que la religión ha tenido en la formación de la civilización occidental. Su enorme influencia en el arte, el pensamiento, la filosofía, el derecho y en general en toda la cultura resulta innegable. Desconocer voluntariamente esos aspectos es mantenerse en una ignorancia recalcitrante. Recientemente se quejaba una catedrática de Universidad del pobre nivel de conocimiento religioso que tenían los universitarios españoles, lo que les hacía muy difícil seguir las explicaciones sobre la Historia del Arte occidental.

El otro aspecto también es de una importancia radical. Por mucho que no se compartan las creencias de los católicos, nada impide reconocer el beneficioso influjo que representa para los mismos y para la sociedad en general la observancia de la religión.

La carta contiene la que podría ser una postura moderada para un ateo, alejada de un rancio anticlericalismo y sobre todo del odio irracional.

Ahondando en la entrada anterior



Reflexionando sobre la idea manifestada por monseñor Munilla reparé en que la frase de Gandhi bien podría atribuirse a cualquier filósofo griego o romano. De Epícteto a Marco Aurelio pasando por Séneca, la sentencia rezuma sabiduría clásica. He de confesar mi predilección por algunos de los sabios griegos y romanos. Resulta impresionante el legado de comprensión del ser humano que nos legaron. Y también lo perfectamente que se asentó sobre ese conocimiento la fe cristiana. La filosofía griega y romana elaboró muchos de los conceptos esenciales que fueron luego necesarios para sostener la moral cristiana. Pero para no caer en un moralismo vacío era imprescindible la revelación de un Dios Salvador, y la respuesta libre del hombre al Dios que nos entregó a su hijo por Amor. Sin Fe, sin Esperanza, sin Caridad, incluso la vida virtuosa es un perfeccionismo duro y en el fondo huero.



Me ha gustado mucho esta reflexión del obispo de Palencia, monseñor Munilla, en su blog, en una entrada sobre el hermano Rafael, quien ha sido canonizado el domingo pasado:
Una de las grandes enseñanzas de la vida del Hermano Rafael es ésta: la santidad no debe de confundirse con el perfeccionismo. Este último, el perfeccionismo, se caracteriza por centrar todos los esfuerzos en la materialidad de nuestras obras, de forma que las podamos culminar correctamente, sin error ni fallo alguno… Sin embargo, la santidad no consiste tanto en la perfección material, cuanto en la aceptación y en el ofrecimiento, por amor de Dios, de nuestros esfuerzos y de nuestros pequeños “logros”, así como de nuestras limitaciones y errores.

A lo largo de los escasos años en los que el joven Rafael permaneció en la Trapa de Dueñas, tuvo que ir desprendiéndose -en un claro ejercicio de purificación pasiva- de sus planes, proyectos, propósitos… Rafael soñó al ingresar en la Trapa con llegar a ser un monje perfecto; pero, finalmente, Dios le concedió ser… ¡un monje santo!
Comenta Don José Ignacio cómo el hermano Rafael tuvo en su vida que renunciar a sus proyectos debido a una grave enfermedad de modo que tuvo que asumir el sufrimiento de ver peligrar su propia vocación religiosa por las limitaciones que la enfermedad le suponía. Sin embargo, fue su respuesta a esas limitaciones, que le impedían la perfección como monje lo que le llevó a la santidad.

Me recuerda esta reflexión de monseñor una cita de Gandhi:
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
Nada de lo verdaderamente humano es ajeno a Dios. Más bien todo lo humano puede ser elevado sobrenaturalmente. Lo realizado con el máximo esfuerzo, por amor a Dios, pese a nuestras imperfecciones, a nuestras limitaciones, nos acerca a la santidad. Una muestra más de la amorosa previsión del Padre.

Sobre la pervivencia de las culturas en el Cielo



Mientras me documentaba para la entrada en que hablaba de las diferencias de inculturación de Roma y de Hispanoamérica leí este párrafo del ensayo "La belleza del reto de la inculturación" de D. Luis Martínez Ferrer que me dejó gratamente sorprendido:

Dios no quiere que las diversificaciones originarias, que empezaron con la polaridad hombre–mujer, se pierdan en el más allá. Si la Escritura habla de los salvados como «gentío enorme (…), de toda clase de naciones, tribus, pueblos y lenguas», quiere decir que esas especificidades culturales no se perderán tras la Parusía. El europeo, el centroamericano, el chino, el ecuatoriano, el azteca, el sioux lo será por toda la eternidad, igual que siempre será hombre o mujer. Es algo que nos puede llevar a reflexionar sobre el origen divino de las diferenciaciones culturales y su proyección eterna. Con esto no queremos caer tampoco en un culturalismo exacerbado, pues en este tiempo de vida que la Providencia nos concede, muchos experimentan profundos cambios culturales que les llevan a terminar su trayectoria personal en posiciones muy diversas de las que partieron. Y lo mismo las propias culturas, siempre en evolución y cambio a lo largo de la historia. Pero sí queremos subrayar que la pertenencia cultural no es algo indiferente y sin valor, sino que, de alguna manera, perdura en el Más Allá.
Es decir, que nuestra propia cultura, nuestra lengua, todo aquello que forma parte de nuestra identidad colectiva como nacionales de un país, y de nuestra identidad personal como miembros de esa determinada cultura, no se pierde, no desaparece tras la muerte sino que continúa tras esta en el Cielo. Me sorprende por la amorosa previsión de Dios de que conservemos esa identidad. Pero también da idea de lo capital, lo importante que es para Él la cultura humana como elemento identificador. Desde luego que los hispanos formaremos un grupo bien nutrido allí.

Ante el esperpento


Ante el esperpento que ha significado el intento de una Comisión del Parlamento de España de reprobar unas palabras del Papa sobre el sida en África, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española hizo público ayer un comunicado. En la nota se reafirma el respeto a los instituciones del Estado democrático, lamenta que en su día se admitiese a trámite una reprobación de las palabras del Papa poniendo en peligro el principio de libertad religiosa, insiste en que la Iglesia nunca dejará de proponer sus principios de vida de acuerdo con la misión recibida y reitera, por último, la adhesión más cordial de los obispos y los católicos españoles a Su Santidad el Papa.

La Nota dice así textualmente:

"Las instituciones del Estado democrático, a través de las cuales se expresa la soberanía popular, son las únicas legitimadas para establecer las normas jurídicas de la convivencia social" (Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, Instrucción Pastoral Moral y sociedad democrática). El Parlamento, como institución fundamental que ejercita tal función en el Estado de Derecho, merece el máximo respeto de todos.

Precisamente por eso, lamentamos profundamente que en su día se haya admitido a trámite y que hoy se haya votado en Comisión parlamentaria una reprobación de las palabras y de la actuación de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Con tales acciones el Parlamento pone en peligro el principio de la libertad religiosa. En efecto, la justa distinción entre Estado y sociedad y, más en concreto, entre Estado e Iglesia y entre el orden político y el orden moral, exige que las instituciones del Estado se abstengan de intervenir en el libre desarrollo de las instituciones religiosas, y en nuestro caso, de la Iglesia Católica, mientras no esté probado que atenten contra el orden público. Tratar de interferir por medio de reprobaciones políticas parlamentarias en la guía moral que el Papa ejerce en la Iglesia mediante su Magisterio ordinario, contradice seriamente el principio de no intervención y lesiona el derecho de libertad religiosa.

La Iglesia Católica, al exponer la doctrina moral que se deriva del Evangelio, contribuye a la formación de las personas como verdaderos sujetos responsables y como ciudadanos capaces de colaborar en la consecución del bien común. El Magisterio de la Iglesia propone a los católicos y a todos los hombres unos principios de vida que no quiere ni puede imponer a nadie, pero que no dejará de anunciar con toda libertad de acuerdo con la misión recibida.

Expresamos de nuevo al Papa el afecto y la adhesión más cordial de los obispos y de todos los católicos españoles".


Regina Viarum (III) La Via Appia y el apóstol San Pablo


calzada Ya hemos visto cómo la civilización romana fue providencial a la obra de la evangelización primera. Elio Aristide, en un discurso de elogio a Roma que fue pronunciado a mediados del siglo II d. C. dijo:

“No dan miedo las Puertas de Cilicia, ni los pasos angostos de Arabia a Egipto, ni existen montes inaccesibles, ni ríos insuperables, ni gentes bárbaras inhospitalarias […]. La palabra de Homero de que ‘la tierra es común a todos’ vosotros la habéis realizado construyendo toda clase de puentes sobre los ríos, abriendo montes y construyendo caminos transitables, llenando de hospedajes los lugares desiertos, e introduciendo en todos los lugares orden y civilización”

No sabemos cuándo llegó la fe a Roma. Eusebio de Cesarea data el origen al comienzo del reinado de Claudio. Aunque no es muy seguro, Lactancio (siglo IV) dijo:

“Éstos (los apóstoles) se esparcieron por toda la tierra a predicar el Evangelio y durante veinticinco años, hasta el reinado de Nerón, echaron los cimientos de la Iglesia en todas las provincias y ciudades. Nerón había asumido ya el poder cuando Pedro llegó a Roma”.

Si hubo un viajero infatigable en la propagación del mensaje cristiano ese sin duda fue San Pablo. Nadie como él conoció el beneficio de las calzadas romanas para la expansión de la fe. El esfuerzo que hizo en sus viajes es asombroso. Si contamos solamente el número de kilómetros de sus tres viajes por Asia Menor se llega al resultado siguiente (Holzner, p.278):

  • Primer viaje, de Atalia hasta Derbe: 1000 Km (ida y vuelta).

  • Segundo viaje, de Tarso hasta Tróade: 1400 Km. Si se cuenta la “excursión” por la región de Galacia, hasta su capital Ancira, hay que añadir 526 kms. Es decir en el segundo viaje, solamente dentro del Asia menor, recorrió Pablo, por lo menos, 1926 kms. No olvidemos que la descripción del Libro de los Hechos es muy general. Se contenta con decir que atraviesa la región de Galacia y la Misia.

  • Tercer viaje, de Tarso hasta Efeso: 1150 Km. Además, visitó el territorio de Galacia. En este viaje, solamente dentro del Asia Menor, anduvo Pablo un mínimo de 1700 kms.

Añádanse además los viajes por tierras de Europa y por mar, los caminos difíciles, las diferencias de altura, y se comprenderá la admiración a vista del esfuerzo puramente físico del viajero Pablo, quien con toda razón podía decir que

“azotaba a su cuerpo y lo domaba como a un esclavo " (1 Co 9, 27).

En aquella época, se calculaba para un peatón una jornada diaria de 24 km (37 para el correo imperial). En el caso de San Pablo el número de jornadas o viajes por día se puede calcular a base de 30-35 km. diarios. Se cuenta como un caso extraordinario haber recorrido en vehículo 27 millas (37 kms.) en las seis horas de la mañana. Lo ordinario era emplear todo el día para esa distancia. Pablo hacía sus viajes generalmente a pie (2 Co 11, 236).

San Pablo intentó durante diez años ir a Roma pero la ocasión se le presentó de un modo distinto al que había proyectado para presentarse ante el mismo César para ser oído en juicio, privilegio que tenía como ciudadano romano.

Y su entrada en Roma se realizó por la más importante de aquellas calzadas, la Via Appia, que fue conocida como la Regina Viarum, la reina de los caminos, por su elegante ejecución y extraordinaria belleza. Estacio describió su importancia (Sylvae, 2.2) al describirla por su nombre común:

"Appia longarum teritur regina viarum” (la vía Apia es conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas)

Los romanos se dieron cuenta de la nobleza inherente del camino imbuido por las circunstancias y el método de su construcción, y su utilidad a la república romana. La vía Apia era el paradigma de todos los caminos romanos subsecuentes. Se convirtió en el mismo símbolo de la república, trayendo consigo estabilidad, paz y libertad a la gente de Italia, por lo menos en sus ideales. Ya hemos comentado la novedad constructiva que supusieron las calzadas romanas en la Antigüedad, y la Via Appia fue el paradigma de todas ellas. Con una anchura de 14 pies romanos (4.1 metros) que permitía la circulación simultánea de dos carros en distintos sentidos la calzada era una via glarea, de gravilla. Sobre esta los romanos construyeron una calzada de calidad con capas de piedra y cemento, con canales de drenaje a ambos lados, muros de contención y andenes para transeúntes. Se cree que la vía Apia fue la primera calzada romana cuya construcción incluyó cemento de cal, además de piedra volcánica. La superficie de la calzada era tal que se consideraba tan lisa que no se podía distinguir las junturas. También fue la primera vía en que se incluyeron miliarios, las grandes piedras que marcaban cada una de las millas romanas (mil pasos dobles romanos, unos 1.481 metros).

Aún más impresionante que sus dimensiones y su historia es el hecho de que esta es denominada "el camino de las almas", como todavía la siguen llamando algunas personas. A lo largo de esta vía nos encontramos con cientos de sepulcros y necrópolis dado que los romanos tenían la prohibición de enterrar a sus muertos dentro de la ciudad. Cicerón dijo:

"Se entra (en Roma) a través del espesor de los muertos",

refiriéndose a la cuantiosa cantidad de sepulcros cerca de la entrada a Roma por este camino. Solamente se le permitía a las familias patricias tener sus tumbas aquí. Entre las grandes figuras que encontramos a lo largo del camino podemos ver la tumba de Séneca, de los Escipiones, de los Furli, de M. Servillo Cuarto, de Geta, de Uria, la Tumba de los Primeros -una de las tumbas con mayor cantidad de las más exquisitas estatuas y obras de arte- y tantas familias y personajes más que sería imposible listar aquí. Los muertos buscaban la vecindad de los vivos.

En los Hechos de los Apóstoles se narra que San Pablo entró en la Urbe por este camino:

"y así nos dirigimos a Roma. Los hermanos, al enterarse de nuestra llegada, vinieron desde allí a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Al verles Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimos" (Hch. 28,11-15)

San Pablo iba a comparecer ante el tribunal del César. Un grupo de cristianos salió a recibirle a Tres Tabernae, una estación de descanso para los viajeros a unos cincuenta kilómetros de la ciudad; y algunos recorrieron todavía otros doce más para llegar a Forum Appi, donde acababa el canal navegable procedente de Terracina. La comunidad de los romanos, a quienes había dirigido su epístola salía a acogerle.

Una expresión de la caridad cristiana: Las cofradías (I)


San diego 2Si mencionamos la Iglesia en España en el siglo XVI seguramente no faltará quien pronto traiga a colación la Inquisición. Pese a que la historiografía moderna ya se ha encargado de recalcar la recreación negativa que se elaboró de esta institución a fin de desprestigiar a España y por ende a la Iglesia Católica, es pertinaz el reconocimiento que aún en España se hace de la misma. Y esas mismas personas serían probablemente incapaces en su desconocimiento de citar siquiera alguna de la obras caritativas mantenidas por la Iglesia o por simples fieles católicos impulsados por el mandato evangélico de ejercitar la caridad cristiana.

Entre esas instituciones ocupan un lugar especial las cofradías. Fueron éstas agrupaciones de fieles que bajo la advocación de un santo reunían a distintas personas bien por desempeñar un determinado oficio (corporaciones se denominaban entonces), para celebrar las festividades religiosas especialmente de Semana Santa y de Corpus Christi (las cofradías penitenciales que aún subsisten) o bien simplemente para rendir culto a un santo (las cofradías parroquiales).

Estas últimas canalizaban las energías de quienes deseaban consagrarse a la asistencia, al socorro de las almas del purgatorio o a la magnificación del culto divino. Como ejemplo de estas podemos citar a la de la parroquia de San Martín en Madrid. Fundada en 1594 en los inicios de un periodo crítico, de ella formaron parte Mateo Alemán y su amigo Cristóbal Pérez de Herrera. En un principio reunió a 84 personas, 12 religiosos y 72 laicos. La dirigía un “padre de los pobres”, elegido por un año, y cuatro asesores y dividió la parroquia en cinco sectores de los que todos los cofrades se encargaban por turno, de dos en dos, durante una semana. El año de su fundación la cofradía distribuyó 18.000 raciones de alimentos, unas 50 diarias aproximadamente, y curó a 670 enfermos.

Imagen:
San Diego de Alcalá dando de comer a los pobres de Bartolomé Esteban Murillo, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

Los cristianos continúan perseguidos en Sudán


BishophiiboroA raíz de la aprobación simultánea en 2005 de una Constitución nacional de transición y la Constitución para el sur de Sudán, en estos momentos coexisten dos sistemas diferentes en lo que respecta a la libertad religiosa. En principio, en las diez regiones meridionales del Gobierno del Sur de Sudán, la libertad religiosa está garantizada y todos los ciudadanos son iguales ante la ley independientemente de su afiliación religiosa. Sin embargo, en las dieciséis regiones septentrionales, la vida de todos los habitantes está regulada por la sharía y la interpretación que de ella hace el Partido del Congreso Nacional, el principal partido político (musulmán) del Gobierno de Unidad Nacional de Jartum.

Son numerosos desde entonces tanto los ataques a los cristianos como su discriminación en distintos ámbitos de la vida pública.

En agosto una banda del Ejército de Resistencia del Señor irrumpió en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz y profanó el edificio antes de secuestrar a 17 personas, la mayoría de ellos adolescentes y veinteañeros. Poco después, uno de los secuestrados fue encontrado muerto, atado a un árbol y mutilado. De los 17 desaparecidos, tres volvieron al día siguiente; no se sabe el paradero del resto.

Una semana después de este atentado, seis personas fueron objeto de una celada en un bosque y clavadas con trozos de madera a la tierra. Quienes descubrieron los cuerpos varios días más tarde lo compararon a una grotesca escena de crucifixión. Mientras tanto, llegaron informaciones de que otras doce personas fueron secuestradas en otra aldea cercana.

Dado que el Gobierno de Sudán no se toma en serio este grave problema monseñor Edward Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio convocó una oración protesta de tres días, al mismo tiempo que está demandando ayuda internacional.

Regina Viarum sale del taller

Después de una noche de reparaciones varias en el blog, puedo considerar que Regina Viarum tiene ya sus principales funcionalidades habilitadas.

He realizado algunos pequeños arreglos y ya me voy manejando en el proceloso mundo de los blogs:

  • Por un lado ya está puesto el formulario de contacto en la pestaña de la parte superior izquierda. Puede parecer un detalle nimio, pero consideraba necesario que todas las pestañas estuviesen funcionando para no dar sensación de abandono. Teóricamente quien quiera dirigirse a mí a través de correo electrónico podrá hacerlo.
  • Aunque he revisado cuidadosamente este y muchos otros aspectos “los misterios de la informática son insondables”. Así que si observa cualquier anomalía en ese servicio o en cualquier otro agradecería que me lo comunicase, bien dejando un comentario en la sección de Exprésate, enviando un correo si funcionase o dejando un comentario en cualquier otro lugar si no fuese posible ninguna de las anteriores alternativas.
  • Esto es extensible a cualquier otro aspecto del sitio. Si hay algo ilegible, algún enlace roto, alguna fuente discordante… agradecería que me lo comunicase.
  • En principio creo que he habilitado todo lo básico para funcionar pero si echa de menos algún servicio que pueda habilitar indíquelo de igual modo e intentaré ponerlo en marcha.
  • He comprobado que el sitio se visualice perfectamente en Internet Explorer que es el navegador que utilizo por defecto. El blog debería funcionar correctamente siempre con ese navegador que por otro lado de momento es el más utilizado por los pocos lectores. He arreglado problemas de visualización en Mozilla Firefox y Google Chrome, sin embargo no puedo garantizar que siempre en el futuro la lectura sea correcta en esos navegadores. En caso de errores o dificultades pruebe a utilizar Internet Explorer, si bien no deje de darme aviso por si puedo solucionarlo.
  • Con respecto a Internet Explorer probablemente observe que en la barra inferior aparece un mensaje de error de navegación. Parece que es un error debido a la plantilla y no he encontrado la manera de solucionarlo. No obstante, pese al aviso, las páginas se cargan correctamente incluso aquellas con fotografías y vídeos.
  • Dado que he conocido Windows Live Writer que permite mejorar las herramientas que trae por defecto Blogger (que dicho sea de paso tampoco son nada del más allá) en especial para gestionar las fotografías, he retocado algunas de las imágenes, enfocando, añadiendo marcos y algún efecto. Creo que el aspecto general del blog ha mejorado con esos retoques.
  • Aunque me parece que las funcionalidades y el aspecto del blog no van a dejar de evolucionar, como he dicho lo básico está terminado. Como es más o menos evidente la estructura del blog es de ancho fluido (ocupa toda la pantalla) lo que hace aprovechar mejor las pantallas panorámicas y funciona en cualquier clase de resolución de las mismas. La plantilla cuenta con tres columnas. La primera está dedicada al cuerpo de las entradas. Después viene una más estrecha donde se concentra todo lo relativo al blog: perfil, archivo, comentarios y entradas recientes, nuevas entradas en preparación, etc... Por último, la tercera columna, más ancha recoge elementos de fuera del blog: enlaces relacionados, otros blogs interesantes, he añadido también el evangelio y el santo del día, como servicios útiles… El diseño pretende ser simple y funcional para el lector al mismo tiempo que espero que transmita el interés del autor por presentar contenidos rigurosos y de calidad.
  • En cuanto al contenido en breve actualizaré el gadget “¿qué estoy preparando?” para informar de las novedades. Permanezcan atentos a sus pantallas.

Nada más, siéntanse libres de manejar el blog, familiarizarse con el mismo, toquetearlo, trastearlo todo,… eso sí, no me rompan nada… ya tengo Google Analytics también así que…. ¡el Gran Hermano los vigila!!!!!!

“Lágrimas y horror y espanto”


Fascinado por la exuberancia romana y por el perfecto encaje de la fe cristiana en el mundo romano, el padre Fortea hace a vuela pluma una interesante reflexión en esta entrada de su blog que viene muy al pelo para reflexionar sobre la inculturación de la fe. Esta feliz expresión designa el proceso por el que el mensaje salvador de Cristo penetra en el núcleo fundamental que forman los valores de una cultura determinada. En palabras del Papa Juan Pablo II en Cartagena de Indias (6-VII-1986):

Este es el verdadero proceso de inculturación, mediante el cual la palabra de la cultura de cada pueblo se vuelve apta para manifestar y pregonar a los cuatro vientos que Cristo es el Hijo de Dios, el Salvador, que ha resucitado y es el centro de la creación y de la historia humana. Así pues, la fe, recibida en el corazón de cada persona y de cada pueblo, se expresa y vive de modo permanente en la propia cultura cuando ésta ha sido impregnada por el espíritu evangélico, que es el espíritu de las bienaventuranzas y del mandamiento del amor.

Pero para que una cultura sea digna del hombre debe facilitar el acceso a la felicidad, que viene a su vez señalada por la ley natural, insertada en el corazón del hombre. La ley natural, que puede ser denominada en diversas formas según las culturas y religiones, es algo que recorre transversalmente todas las culturas.


En el campo del lenguaje (sentido antropológico y cultural), la inculturación consiste en primer lugar en el apropiarse del contenido de la fe en las palabras y categorías de pensamiento, los símbolos y ritos de esa cultura, y luego en dar una respuesta doctrinal a lo que no sea compatible con el Evangelio en esa cultura. El Evangelio tiene entonces un valor transcultural y su identidad debe ser reconocida en cualquier cultura, de ahí la necesidad de la apertura de la cultura a otras culturas.

Los españoles que llegaron a América, tanto misioneros como conquistadores, se maravillaron del extraordinario contraste que observaron entre los pueblos indígenas. Por un lado destacaban virtudes admirables para ellos: una extremada religiosidad, un profundo apego a las prácticas penitenciales, un aprecio sentido hacia la castidad… Pero por otro lado no dejaron de sentir repugnancia por la práctica de los sacrificios humanos en todas sus horribles variantes y de la antropofagia. Fray Bernardino de Sahagún, tras relatar las más variadas formas de sacrificio de hombres, mujeres y niños no puede resistir el horror y finalmente exclama:

No creo que haya corazón tan duro que oyendo una crueldad tan inhumana, y más que bestial y endiablada, como la que arriba queda puesta, no se enternezca y mueva a lágrimas y horror y espanto; y ciertamente es cosa lamentable y horrible ver que nuestra humana naturaleza haya venido a tanta bajeza y oprobio que los padres, por sugestión del demonio, maten y coman a sus hijos, sin pensar que en ello hacían ofensa alguna, mas antes con pensar que en ello hacían gran servicio a sus dioses. La culpa de esta tan cruel ceguedad, que en estos desdichados niños se ejecutaba, no se debe tanto imputar a la crueldad de los padres, los cuales derramaban muchas lágrimas y con gran dolor de sus corazones la ejercitaban, cuanto al crudelísimo odio de nuestro enemigo antiquísimo Satanás, el cual con malignísima astucia los persuadió a tan infernal hazaña. ¡Oh Señor Dios, haced justicia de este cruel enemigo, que tanto mal nos hace y nos desea hacer! ¡Quitadle, Señor, todo el poder de empecer! (Historia General de las cosas de la Nueva España, lib. II, cp. 20).


¿Cómo se inculturó entonces la fe entre los aztecas? No fue posible utilizar los templos para instaurar allí la religión católica. Los españoles en los primeros momentos sí utilizaron los adoratorios aztecas, encalando las paredes, limpiándolos de los chorretones de sangre y restos humanos, instalando imágenes de la Virgen María, y enseñando a los indios a hacer y ponerle velas y mantener el lugar alejado de los antiguos ritos. Pero como muy oportunamente señala el padre Fortea, después fue necesario edificar nuevas iglesias. Donde reinó el odio y la muerte no podía construirse una religión de Amor y Vida. A diferencia de los templos romanos donde solo fue necesario sustituir las imágenes de los dioses paganos por los de la verdadera religión aquellos lugares no pudieron ser cristianizados.

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Para saber más: Hechos de los Apóstoles de América de José María Iraburu.

Inculturación.net

Entradas relacionadas: Acerca de la evangelización de América.

Imagen: Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, Cholula, México. A pesar de estar erigida sobre una antigua pirámide azteca (el templo de Tláloc) ésta había sido abandonada 100 años después de la caída de Teotihuacán, en tiempo de la hegemonía tolteca en Mesoamérica (Posclásico Temprano, 900-1200 d. C.). Durante mucho tiempo permaneció en el olvido, creyéndose que era una montaña, sobre la cual fue construido el templo católico en la época colonial. Al fondo el volcán Popocatépetl.



378331787_6e75aa924c_o[2]La expansión de la fe 

Paradójicamente pese a los recursos desplegados por los emperadores para perseguir la peligrosa irreligión que se extendía por el Imperio, los primeros cristianos utilizaron los mismos medios materiales de que se valían los romanos en su persecución para expandir su fe. Muy probablemente las primeras comunidades se desarrollaron en las ciudades donde existían judíos dedicados al comercio, para abrirse posteriormente a la gentilidad. Y para desplazarse en aquel extenso territorio usaron las vías abiertas por el progreso romano.

El beneficioso influjo de la paz y la seguridad de las comunicaciones de los primeros años del cristianismo fue pronto comprendido y aún interpretado por los cristianos como un designio de la Divina Providencia. Así San Ireneo podía escribir:

«Gracias a los romanos goza de paz el mundo, y nosotros podemos viajar sin temor por tierra y por mar, por todos los lugares que queremos» (Adv. Hæres. IV, 30)


Y cincuenta años después, Orígenes:
«La Providencia ha reunido todas las naciones en un solo Imperio desde el tiempo de Augusto para facilitar la predicación del Evangelio por medio de la paz y la libertad del comercio» (In Jos. hom. III)
No se podía explicar esa difusión de otro modo, en medios tan diferentes y en algunos casos hasta hostiles entre sí, sin que se distinguiese «pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre» [Col 3,11] y con las enormes dificultades impuestas por las persecuciones en un momento en que como dice Tertuliano, cada nuevo creyente era un candidato al martirio.

En 197, el mismo Tertuliano podía decir orgulloso:

«Somos de ayer, y ya lo llenamos todo: vuestras ciudades, vuestras casas, vuestras fortalezas, vuestros municipios, los consejos, los campos, las tribus, las decurias, los palacios, el senado, el foro. Solamente os dejamos vuestros templos [...] Si nos separásemos de vosotros, quedaríais aterrados de vuestra soledad, de un silencio que semejaría el estupor de un mundo muerto» (Apol. 37)

Y en 212, en carta escrita a Scápula, procónsul de África, defiende a los cristianos con términos semejantes, hablando de «la inmensa muchedumbre» de cristianos, exaltando «la divina paciencia» de aquellos hombres que, «siendo ya la mayor parte de cada ciudad», viven en la sombra silenciosamente, dándose a conocer solo por sus virtudes (Ad Scapulam 2). Y sigue argumentando:
 

«¿Qué harás con tantos millares de hombres y mujeres de toda edad y condición, que vendrán a ofrecer sus brazos a tus cadenas? [...] ¡Cuáles serían las angustias de Cartago si decidieras diezmarla, y cada uno hubiera de reconocer entre las víctimas a parientes, a vecinos de la misma casa, quizás a hombres y mujeres de tu categoría, parientes o amigos de tus amigos!» (ib. 5)

Pese al rigor de las persecuciones poco antes del final de las mismas en el año 311 el mártir Luciano, director de la escuela exegética de Antioquía, en Nicomedia, ante el emperador Maximino, es capaz de afirmar defendiendo el cristianismo:
«Casi la mitad del mundo, ciudades enteras (urbes integræ), prestan ya adhesión a la verdad. Y si este testimonio te pareciera sospechoso, pregunta a la muchedumbre de los campesinos, que no sabe mentir, y te dará testimonio de esto que digo» (Rufino, Hist. Eccl. IX,6)

Desde el comienzo la Iglesia se consideró universal y las distintas comunidades trataron de mantener una importante relación entre ellas, dirigiéndose misivas, celebrando concilios y viajando a Roma haciendo ya suyas las vías romanas:

  • Camino del martirio, San Ignacio de Antioquía escribe a los hermanos de Efeso, Magnesia, Tralles, Roma, Filadelfia, Esmirna y al obispo Policarpo. Éste escribe a la iglesia de Filipos, en Macedonia. Los de Esmirna envían una carta circular sobre el martirio de su obispo Policarpo. Las iglesias de Lión y Viena envían la crónica de sus mártires a las iglesias de Asia y Frigia. Ireneo escribe al Papa Víctor sobre la fecha de la Pascua. Orígenes mantiene correspondencia con casi todos los personajes principales de su tiempo. Las cartas de San Cipriano, obispo de Cartago, nos muestran la relación de su iglesia con los Papas Cornelio, Esteban y Sixto, con obispos de las Galias y de España, y con todas las de África.

  • En el siglo II, hay concilios en Asia a causa del montanismo; en Roma, Palestina, el Ponto, en Galia, Osrhoene, Corinto, sobre la fecha de la Pascua; setenta obispos se reúnen en Cartago para dilucidar el tema del bautismo administrado por herejes. En el siglo III hay dos concilios en Frigia, dos en Alejandría, uno de noventa obispos en Lambesa, Numidia; en 251, sesenta obispos se reúnen en concilio en Roma; entre 264 y 269 hay tres concilios en Antioquía, hacia el 300 uno en Ilíberis, España, con más de cuarenta obispos...

  • San Policarpo llega a Roma desde Esmirna; San Ireneo, una vez de Esmirna y otra de Lión; el historiador Hegesipo vino de Palestina; el samaritano San Justino estableció en Roma escuela de catecismo; el frigio Albercius vino de Hierápolis; el apologista Taciano desde Asiria; Tertuliano vino de Cartago; Orígenes llegó desde Alejandría, y así tantos otros. También los herejes acudieron a Roma: Marción, Cerdón, Praxeas, Prepón, Noeto, Sabelio,Teodoto...



Hoy, 14 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz. En esta fiesta recordamos el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino.

La Cruz es el símbolo del cristiano. Ninguna religión tiene como símbolo un instrumento de tortura, ni recuerda de un modo tan reiterado el martirio y la muerte de su fundador. Pero para el cristiano, la cruz lejos de ser un símbolo de muerte, de odio, de fracaso, es un símbolo de Vida, de Amor y de Esperanza. Cristo murió para resucitar y con su Resurrección nos redimió del pecado y nos liberó de la muerte. La Cruz nos trajo la Salvación.

Cristo nos llamó a los cristianos a cargar con nuestra cruz: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mt.16,24)

La cruz es el símbolo que ha dado esperanza y sentido a millones de hombres ante el sufrimiento, el dolor y la desesperación. El símbolo que les ha mantenido y reconfortado ante la tribulación y la persecución.






Video: El Obispo John Han Dingxiang, fue un obispo católico chino fiel al Vaticano, murió en 2007 después de 35 años en prisión. El obispo de 70 años murió de cáncer de pulmón. Se encontraba en régimen de arresto domiciliario.