Ante el esperpento


Ante el esperpento que ha significado el intento de una Comisión del Parlamento de España de reprobar unas palabras del Papa sobre el sida en África, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española hizo público ayer un comunicado. En la nota se reafirma el respeto a los instituciones del Estado democrático, lamenta que en su día se admitiese a trámite una reprobación de las palabras del Papa poniendo en peligro el principio de libertad religiosa, insiste en que la Iglesia nunca dejará de proponer sus principios de vida de acuerdo con la misión recibida y reitera, por último, la adhesión más cordial de los obispos y los católicos españoles a Su Santidad el Papa.

La Nota dice así textualmente:

"Las instituciones del Estado democrático, a través de las cuales se expresa la soberanía popular, son las únicas legitimadas para establecer las normas jurídicas de la convivencia social" (Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, Instrucción Pastoral Moral y sociedad democrática). El Parlamento, como institución fundamental que ejercita tal función en el Estado de Derecho, merece el máximo respeto de todos.

Precisamente por eso, lamentamos profundamente que en su día se haya admitido a trámite y que hoy se haya votado en Comisión parlamentaria una reprobación de las palabras y de la actuación de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Con tales acciones el Parlamento pone en peligro el principio de la libertad religiosa. En efecto, la justa distinción entre Estado y sociedad y, más en concreto, entre Estado e Iglesia y entre el orden político y el orden moral, exige que las instituciones del Estado se abstengan de intervenir en el libre desarrollo de las instituciones religiosas, y en nuestro caso, de la Iglesia Católica, mientras no esté probado que atenten contra el orden público. Tratar de interferir por medio de reprobaciones políticas parlamentarias en la guía moral que el Papa ejerce en la Iglesia mediante su Magisterio ordinario, contradice seriamente el principio de no intervención y lesiona el derecho de libertad religiosa.

La Iglesia Católica, al exponer la doctrina moral que se deriva del Evangelio, contribuye a la formación de las personas como verdaderos sujetos responsables y como ciudadanos capaces de colaborar en la consecución del bien común. El Magisterio de la Iglesia propone a los católicos y a todos los hombres unos principios de vida que no quiere ni puede imponer a nadie, pero que no dejará de anunciar con toda libertad de acuerdo con la misión recibida.

Expresamos de nuevo al Papa el afecto y la adhesión más cordial de los obispos y de todos los católicos españoles".