Coraje social

Esta semana coincidiendo con la aprobación de la ley del aborto en España hemos conocido una valiente declaración efectuada por la Universidad de Navarra.

La ley del aborto no solo incorpora en esta nueva redacción una ampliación de la cobertura legal al asesinato de seres inocentes y la desprotección a los profesionales sanitarios que quieran ejercer su derecho a la objeción de conciencia a la realización de abortos sino que además, en una nueva vuelta de tuerca de ingeniería social, pretende introducir la “educación sanitaria integral y con perspectiva de género sobre salud sexual y salud reproductiva” en todos los niveles educativos, con la cínica pretensión de reducir el número de embarazos no deseados. Una nueva reformulación de la vieja receta de la izquierda de intentar apagar incendios echándoles gasolina. Abundando en esta perspectiva educativa “la formación de los profesionales de la salud se abordará con perspectiva de género e incluirá la incorporación de la salud sexual y reproductiva en los programas curriculares de las carreras relacionadas con las ciencias de la salud”, es decir, en la práctica la ley pretende la enseñanza obligatoria de la práctica del aborto para los profesionales sanitarios.

Ante esta imposición la Universidad de Navarra, obra corporativa del Opus Dei, ha reaccionado con la mencionada declaración en la que se puede leer:

Comprendemos el sufrimiento de muchas mujeres ante un embarazo imprevisto. Necesitan un apoyo que sólo personas con corazón pueden prestar… y hay muchas personas así. La defensa de esas mujeres clama a nuestra conciencia y una mirada compasiva nos recuerda que otro ser humano comparte esa tragedia en una posición de mayor debilidad todavía. El avance científico nos brinda hoy datos clave desconocidos en buena parte del siglo XX. Qué coraje social mostramos con esa evidencia desde los ámbitos universitarios, políticos, económicos…

Nos negamos a solucionar la tragedia de un embarazo indeseado con la tragedia superior del aborto. Nos negamos a incorporar las técnicas abortivas a los contenidos de la educación. Nos comprometemos a formar profesionales para curar, investigar y ayudar.

Ciertamente no se comprendería que una Universidad de ideario católico enseñase prácticas contrarias a la Doctrina y al Magisterio de la Iglesia y mucho menos en una materia tan grave como la defensa de la vida humana en su inviolable dignidad. No merece más que aplauso esta decidida postura de las que son probablemente las mejores facultades y escuelas sanitarias de España, junto con la Clínica Universitaria, centro de referencia mundial en su especialidad.

Pero junto a los aplausos a esta iniciativa de mi alma mater no dejan de resonar en mis oídos las preguntas retóricas que se hace Padre Objetor en su blog:

  • ¿Por qué otros centros docentes -los que ofertan enseñanzas medias concertadas- no han tenido el coraje de oponerse públicamente a la implantación en sus centros de la Educación para la Ciudadanía?
  • ¿Van a realizar los centros concertados (algunos de los cuales se dicen muy próximos a la Universidad de Navarra) alguna manifestación relativa a la implantación de las asignaturas de Educación Sexual impartidas por personal ajeno al centro?
  • ¿Es que la Universidad de Navarra no depende del dinero público tanto o más que los colegios concertados para realizar su tarea?
  • ¿O es que la Universidad de Navarra despierta más simpatías y sufre menos críticas sociales que los colegios concertados? ¿Cuántas bombas han sufrido éstos?

Sin duda habrá que estar atento al desarrollo de esta declaración y a las consecuencias que la misma le puede conllevar a la Universidad, embarcada en el proyecto Horizonte 2015. Del resultado de la misma puede derivarse un rearme de principios imprescindible para los centros educativos de ideario católico que tendrán que lidiar con las nuevas materias en educación primaria y secundaria. Coraje social necesario para defender al más débil del sistema educativo ante las agresiones a la libertad de educación: el alumno. Sin duda, en esta materia no menos delicada también se puede decir:

La historia juzgará nuestra pasividad cómplice o nuestro compromiso solidario con el débil. No hay mejora sin cambio. Hoy es el día de cambiar en España, en Europa y en el mundo.