La cruz cristiana de Herculano

Cruz de HerculanoEn el año 1938 apareció en una humilde habitación del piso superior de una casa de Herculano la impronta de una cruz de madera que se hallaba clavada a la pared y rodeada por un paño de estuco que la enmarcaba. En los bordes del estucado se observaban las señales dejadas por las puertas batientes que servían para cerrar el conjunto o abrirlo conformando un tríptico del que se desconoce si formaba parte algún otro símbolo.

La cruz es de pequeñas dimensiones, del tipo clásico latino, denominada “capitata” por tener una prolongación superior del brazo vertical que iba estrechándose de abajo hacia arriba. En los brazos laterales los extremos son más anchos.

Entre los indicios que hacen suponer que nos encontramos ante una cruz cristiana está el hecho de que se destaca única y aislada en el paño de estuco y éste se encuentra en el fondo de la habitación, frente a la puerta de entrada, a través de la cual llegaba la luz de una ventana del corredor que miraba hacia Oriente.

La disposición del conjunto es similar a la de los altares paganos de algunas casas de Pompeya, como el de la “casa del Menandro”. Delante del paño estucado se halló ligeramente desplazado un pequeño mueble de madera semejante a los altarcillos frecuentes bajo los lararios familiares de las casas pompeyanas. En la parte superior muestra una predela, y en su cuerpo un armario, que se cerraba con una puerta que quizá guardaba objetos de culto.

De la cruz no han quedado restos. Dado que en Herculano los tejidos y la madera se conservaron siempre aunque mineralizados, se ha sugerido que la cruz fue arrancada antes, y quizá violentamente dados los desconchados visibles en el perímetro, especialmente en la parte superior izquierda. Se ha querido relacionar esta cruz con el desembarco de San Pablo en Pozzuoli en el año 60, y la desaparición violenta de la cruz con la persecución neroniana del año 64. En todo caso si en algún momento llegase a confirmarse que estamos ante una cruz cristiana demostraría que ya había cristianos en Heculano con anterioridad al año 79 de nuestra era, fecha de la erupción del Vesubio y de la desaparición de la ciudad.

Aun cuando no fuese un símbolo cristiano, no cabe duda de que el ambiente sería el mismo en el que vivirían los primeros cristianos que habitaron en las ciudades romanas. La habitación parece corresponder a la que ocuparían los esclavos o siervos de los propietarios de la casa. Hay veces en que las piedras parecen hablar con singular elocuencia. En este lugar los siervos cristianos se esforzarían por servir a sus amos por amor a Cristo, tratando de vivir conforme a sus enseñanzas y cumpliendo la exhortación que San Pablo desde su cautividad dirigió a los colosenses:

Esclavos, obedezcan en todo a sus dueños temporales, pero no con una obediencia fingida, como quien trata de agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, por consideración al Señor. Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor: el que obra injustamente recibirá el pago que corresponde, cualquiera sea su condición. (Epístola a los colosenses 3, 22-25)

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2 comentarios:

Zambullida dijo...

Sencillez de corazón, bonita meta.

Kairos dijo...

Saludos Zambullida. Y también trabajar convirtiendo el trabajo en oración. Sin duda son metas elevadas, pero es importante también no caer en el perfeccionismo. Tienes una entrada sobre eso un poco más abajo.

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