Las leyes injustas en la Declaración de Manhattan

En Europa la noticia ha pasado casi desapercibida: aquella referente a una declaración pública a defender la vida, el matrimonio, la libertad religiosa, y la objeción de conciencia, lanzado conjuntamente por representantes de la Iglesia Católica, de las iglesias ortodoxas, de la Comunión Anglicana y de las comunidades evangélicas de los Estados Unidos.

La "Declaración de Manhattan" no cae en el aire sino en un momento crítico para la sociedad y la política de los Estados Unidos: precisamente mientras la administración de Barack Obama está muy afanada en hacer pasar un plan de reforma de la atención de salud en los Estados Unidos.

Defendiendo la vida humana desde la concepción y el derecho a la objeción de conciencia, la declaración contesta dos puntos puestos en peligro por el proyecto de reforma actualmente en discusión en el Senado.

En el Congreso el peligro ha sido destapado gracias a una apremiante acción de lobby conducida a plena luz del día por el episcopado católico. Después que el voto final había garantizado tanto el derecho a la objeción de conciencia así como el bloqueo de cualquier financiación público al aborto, la conferencia episcopal había reivindicado este resultado como un "triunfo". Pero ahora en el Senado la batalla ha vuelto a comenzar desde el inicio, sobre un texto base que de nuevo la Iglesia juzga inaceptable. La conferencia episcopal ya ha dirigido a los senadores una carta indicando las modificaciones que quisiera que fueran aportadas a todos los puntos en controversia.

Además de ello la Declaración hace una defensa imponente de la libertad de conciencia ante la ley injusta. Reproduzco a continuación ese párrafo que guarda el sabor de las actas de los martirios de los primeros siglos:



Leyes injustas

Como cristianos, creemos en la ley y respetamos la autoridad de los gobernantes terrenos. Consideramos un privilegio especial el vivir en una sociedad democrática donde las exigencias morales de la ley son aún más fuertes en nosotros en virtud de los derechos de todos los ciudadanos a participar en el proceso político. Pero también en un régimen democrático, las leyes pueden ser injustas. Y desde el inicio, nuestra fe nos ha enseñado que la desobediencia civil es necesaria frente a leyes gravemente injustas o leyes que pretenden que hagamos lo que es injusto o inmoral. Tales leyes carecen del poder vinculante en conciencia porque ellas no pueden reivindicar ninguna autoridad más allá de la mera voluntad humana.

Por lo tanto, ha de saberse que no daremos nuestro consentimiento a ningún edicto que nos obligue a nosotros o a las instituciones que dirigimos a participar en o facilitar abortos, investigaciones que destruyen embriones, suicidio asistido, eutanasia, o cualquier otro acto que viole el principio de la profunda, inherente e igual dignidad de todo y cada uno de los miembros de la familia humana.

Además, ha de saberse que no nos inclinaremos ante ninguna regla que nos obligue a bendecir asociaciones sexuales inmorales, a tratarlas como matrimonios o sus equivalentes, o que nos impida proclamar la verdad, como la conocemos, sobre la moralidad, el matrimonio y la familia.

Además, ha de saberse que no nos dejaremos reducir al silencio o a la aceptación sumisa o a la violación de nuestras conciencias por ningún poder en la tierra, sea este cultural o político, sin importar las consecuencias que esto pueda tener para nosotros.

Daremos al César lo que es del César, en todo y con generosidad. Pero bajo ninguna circunstancia le daremos al César lo que es de Dios.


Para leer un resumen del manifiesto y el análisis completo del vaticanista Sandro Magister: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1341135?sp=y

La declaración completa, en inglés, con la posibilidad de firmarla: http://manhattandeclaration.org/

6 comentarios:

opus prima dijo...

Hola Kairos, muchas gracias por esta entrada. Hay que defender la dignidad de la vida humana y no caer en reduccionismos morales.

Kairos dijo...

Saludos Opusprima. Estaba a punto de comentar en tu blog la entrada de Navarro- Valls y enlazarla con la Declaración de Manhattan. Defiende el catedrático que la objeción de conciencia ante leyes injustas va a ser el gran caballo de batalla de los próximos años. La Declaración ha pasado un poco desapercibida en Europa pero muestra que existe una honda preocupación en EEUU por la deriva hacia la que conduce la administración Obama en muchos asuntos: matrimonio homsexual, aborto, educación, etc... Y ya sabemos que lo que se hace en EEUU acaba llegando a todo el mundo. Pero por otro lado no es más que el reflejo del pensamiento único que parece que se quiere promover desde determinadas ideologías y que ha calado hasta en la ONU. Y en el fondo no es más que la vieja idea marxista de la ingeniería social a la que no ha renunciado la izquierda mundial. Transformar la sociedad por encima de la persona. Luego busco otras declaraciones y hago un comentario en tu blog. Gracias por comentar.

opus prima dijo...

Hola Kairos. Tus lectores anhelamos tu siguiente entrada. Espero que todo vaya bien. Un fuerte saludo.

Kairos dijo...

Gracias Opusprima, tú tan afable como siempre. Yo también quiero retomar las entradas. Trabajo, la lucha de los objetores, que me he quedado sin ordenador en casa y mi caracter procrastinador me llevan a esto. Tengo algunos borradores preparados, espero ponerme al día en breve. Mientras tanto continuaré comentando en tu blog.

Opus Prima dijo...

Espero se solucione en breve la cuestión del ordenador. Un saludo.

Kairos dijo...

Son muy pesados. Legalmente al estar en garantía tienen dos meses para hacer la reparación. El problema es que me lo devolvieron y en el viaje de vuelta se estropeó el DVD, o sea que voy por la segunda reparación. Creo que le voy a pedir un portátil a Santa Claus para resolver esto porque me veo otro mes sin ordenador en casa y desde el viernes por la tarde hasta el lunes estoy desconectado.

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